El Programa de Cultura Ciudadana se convirtió en el primer laboratorio cultural a escala urbana del que se tenga conocimiento en América Latina y desplegó un universo de sentido que modificó la sensibilidad urbana, apelando en particular a los procesos donde se construye socialmente el sentido, es decir, a la dimensión comunicativa de la cultura. La mirada sobre la ciudad y la ciudadanía como fenómenos culturales es lo que tienen de novedoso las acciones emprendidas por la Administración Distrital, que esta obra analiza pues profundiza en el debate en torno a la gestión pública de la cultura.